Con el Oído Agudo

La interna radical para elegir a las autoridades partidarias en la provincia de Buenos Aires dejó en una situación incómoda al jefe comunal Miguel Lunghi, acostumbrado a las victorias consecutivas durante dos décadas en la ciudad y a un liderazgo indiscutido en las huestes de los correligionarios, pero que poco peso tuvo a la hora de torcer la historia de su partido a la hora de posicionar al radicalismo según su idea.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailA pedido de Facundo Manes y Martín Lousteau –los grandes perdedores de la interna bonaerense-, se ubicó como candidato convencional nacional y como buen militante, se sometió a la voluntad de los correligionarios, incluso sabiendo que la fortaleza de la lista adversaria tenía mucho más peso territorial, incluso con “colegas” suyos, dado que la gran mayoría de los intendentes de boina blanca se recostaron en el espacio liderado por Maximiliano Abad.
Conocido el escrutinio definitivo de la Junta electoral (recurrido a la Justicia), no pocos alrededor del pediatra miran con recelo a la figura del diputado provincial Matías Civale, quien ostentó ser el armador de la estrategia lunghista en la interna que desembocó en un bochorno ante el pase de facturas y resultado discutido entre los competidores. Más precisamente, le achacan haber expuesto al mismísimo Lunghi en una disputa innecesaria.
